El IATA-CSIC participa en un innovador dispositivo que convierte luz en electricidad utilizando biopolímeros derivados de hongos comerciales
Valencia, 14 de mayo de 2025. El Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos (IATA-CSIC) forma parte de un equipo internacional que ha desarrollado el primer fotocondensador de alta eficiencia totalmente integrado, capaz de alimentar dispositivos del Internet de las Cosas y sistemas de inteligencia artificial sin necesidad de baterías. El avance, publicado en la revista Energy & Environmental Science, destaca por la incorporación de biopolímeros elaborados a partir de residuos de setas, lo que aporta sostenibilidad y eficiencia al dispositivo.
El nuevo fotocondensador, que alcanza hasta 0,92 voltios y una eficiencia de carga del 18% bajo luz interior, supera en más de tres veces el rendimiento de los módulos solares de silicio convencionales en las mismas condiciones. La clave está en su estructura de tres terminales, que combina una célula solar de alta eficiencia, un supercondensador de diseño molecular y una membrana ecológica elaborada por el IATA-CSIC a partir de residuos agroindustriales.
“Este resultado nos acerca al desarrollo de dispositivos verdaderamente sostenibles y autónomos”, afirma Marina Freitag, investigadora de la Universidad de Newcastle y coordinadora del proyecto. El sistema es capaz de alimentar nodos del Internet de las Cosas y pequeños dispositivos sin necesidad de baterías, manteniéndose operativo durante 72 horas con solo luz ambiental.
Una alternativa sostenible a los materiales convencionales
Uno de los aspectos más innovadores del proyecto es el uso de films biodegradables desarrollados por el grupo BIOFUN del IATA-CSIC, a partir de residuos de hongos comerciales. Estos films se han utilizado como membrana separadora del supercondensador, una pieza clave en el funcionamiento del fotocondensador.
“Estas membranas basadas en biopolímeros ofrecen una mejora significativa del rendimiento del dispositivo frente a los materiales tradicionales como plásticos o cerámicos”, señala María José Fabra, investigadora del IATA-CSIC. Además de su eficacia, su producción es más sostenible y fácilmente escalable a nivel industrial.
El grupo del IATA está especializado en la valorización de residuos agroindustriales, y aunque sus investigaciones suelen estar centradas en aplicaciones alimentarias, esta colaboración interdisciplinar demuestra su potencial en tecnologías emergentes.
Colaboración internacional para un futuro más verde
El proyecto ha sido desarrollado en colaboración con instituciones punteras de toda Europa. Además del IATA-CSIC y la Universidad de Newcastle, participan la Universidad de Roma Tor Vergata, la Universidad de Nápoles, la Universidad Técnica de Múnich y la Escuela Politécnica Federal de Lausana, responsables de distintos componentes y fases del desarrollo tecnológico.
“Estos avances demuestran el potencial de la investigación multidisciplinar y la sostenibilidad aplicada a nuevas tecnologías”, concluye Amparo López, coautora del estudio desde el IATA-CSIC.
El nuevo fotocondensador abre la puerta a dispositivos energéticamente autónomos, sostenibles y adaptables a múltiples contextos, marcando un hito en la intersección entre la biotecnología y la electrónica verde.