El Hotel Artmadams de Palma celebra su 25º aniversario con obras del dúo artístico, que también prepara exposiciones internacionales y una subasta solidaria a favor de HADAS Kids Mallorca.
Palma. 29 de julio de 2025. El arte comprometido será protagonista este verano en Palma con motivo del 25º aniversario del Hotel Artmadams, que celebrará la efeméride con un evento especial en el que abrirá al público su colección privada. Entre las obras que forman parte de este valioso fondo artístico se encuentran cinco pinturas firmadas por Asun Glez y Franck Sastre, un dúo mallorquín cuyas creaciones conjugan belleza, crítica y sensibilidad social.
La familia propietaria del hotel adquirió estas piezas como parte de su apoyo continuado al arte contemporáneo hecho en Mallorca, en una colección que reúne obras de numerosos artistas locales.

Arte con causa
El compromiso de Sastre y Glez con el arte social va mucho más allá de las paredes del hotel. El próximo 6 de octubre, Franck Sastre participará junto a otros artistas de la isla en una subasta solidaria en el Hotel Saratoga, cuyas recaudaciones irán destinadas a la Fundación HADAS Kids Mallorca, un proyecto impulsado por jóvenes educadores que apoya a familias en situación de vulnerabilidad.
“Con tanto corazón puesto en este proyecto, no podía quedarme al margen. El arte también es una herramienta para ayudar”, afirma Sastre, quien concibe la pintura como una forma de resistencia estética y humana.

Nuevos proyectos
El dúo también tiene previsto pintar un mural en un hotel de Paguera en noviembre y presentar su trabajo en “Vida Pirata”, un innovador espacio artístico de Galicia que combina arte urbano y joyería creativa. Además, estarán presentes en la galería internacional Singulart de París durante el mes de octubre, consolidando su proyección fuera de la isla.
Este año presentan una propuesta singular: 16 obras separadas, 8 por cada artista, unidas bajo una misma sensibilidad temática, con especial énfasis en la crítica a las guerras, el racismo, el hambre o la desigualdad.
“Muchas de estas pinturas son un grito de protesta sin levantar la voz. Hemos querido denunciar —simplemente pintando— la crueldad del mundo”, resume Sastre.
Una exposición que no solo emociona, sino que interpela. Porque cuando el arte se compromete, también puede ser un espejo del dolor… y una luz para la esperanza.