Un estudio del CSIC demuestra que la coordinación de las hormigas surge de interacciones dinámicas y adaptativas, sin un centro de mando.
Palma, 11 de agosto de 2025. Un equipo del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC) ha desvelado cómo las colonias de hormigas Aphaenogaster senilis se coordinan como si fueran un único organismo, gracias a un “cerebro líquido” que emerge de la interacción entre individuos, sin líderes ni jerarquías.
En el experimento, desarrollado en una estructura laberíntica con patrón de panal y grabación de alta resolución, se identificaron dos roles clave en la obtención de alimento: hormigas exploradoras, encargadas de descubrir nuevas fuentes, y hormigas recolectoras, dedicadas a aprovechar los recursos ya localizados. La proporción flexible entre ambos perfiles permite a la colonia adaptarse a las condiciones del entorno, optimizando así la búsqueda y explotación de recursos.
Los investigadores comprobaron que estas hormigas no dependen tanto de feromonas como de movimientos y contactos directos a través de las antenas, un patrón poco común que, combinado con la diversidad de movimientos individuales, les permite mantener una red de conexiones eficiente y cambiante.
El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), abre la puerta a futuras aplicaciones de la inteligencia colectiva descentralizada en campos como la robótica multiagente o el diseño de algoritmos de optimización, replicando la eficacia adaptativa de estas colonias en otros sistemas.