Dibella Studio ha reinventado el concepto de gimnasio en Mallorca. Bajo la dirección de Juanpi Di Bella, este espacio mezcla entrenamiento funcional, diseño industrial, arte contemporáneo y comunidad. Entrenar aquí es mucho más que sudar: es formar parte de un estilo de vida.
Palma, 12 de junio de 2025. Entrar en Dibella Studio es como adentrarse en un espacio híbrido entre una galería de arte y un loft industrial de diseño. No hay cintas de correr apiladas, ni un ruido ensordecedor de pesas cayendo al suelo. En su lugar, te recibe un sofá Claudia, una lámpara TMC de Miguel Milá, arte en las paredes y un ambiente cuidado hasta el último detalle. Juanpi Di Bella, entrenador y fundador de este gimnasio a las afueras de Palma, ha logrado lo que parecía impensable: que entrenar sea también una experiencia estética, emocional y social.


“Siempre me ha encantado el mundo del entrenamiento y también el diseño. Lo que he querido es unir esos dos mundos”, cuenta Juanpi, quien empezó dando clases en casa y ahora dirige un centro con más de 160 clientes. En sus palabras, DB5 —la evolución natural de aquel Dibella Studio original— es un gimnasio donde no solo se entrena el cuerpo, sino también la mente, el estado de ánimo y las ganas de superarse.
Del parque a la nave: un viaje de transformación
La historia de Dibella Studio arranca en los parques de Palma, donde Juanpi empezó a entrenar a sus primeros alumnos tras dejar atrás una etapa en la restauración y formarse como técnico en actividades físicas y deportivas. Después llegó su casa, convertida en un cálido estudio privado, y finalmente esta nave industrial reconvertida en templo del bienestar. El reto era claro: trasladar la calidez de aquel estudio doméstico al frío metal de un polígono industrial. Lo consiguió junto al interiorista Pepe Farrés, con quien compartió una visión de ruptura.

El espacio está distribuido en tres niveles: una planta baja para entrenar, una intermedia para descansar, socializar o trabajar, y un altillo desde donde se contempla el conjunto como si fuera una instalación artística. Aquí, el diseño no es un lujo añadido, sino una herramienta para generar bienestar. “Queremos que sucedan cosas, que haya cohesión, que la gente se inspire también fuera del entrenamiento”, explica Juanpi.


Entrenamiento funcional con alma
En DB5 no hay rutinas de musculación aburridas ni máquinas automatizadas. Lo que se ofrece es entrenamiento funcional personalizado, centrado en mejorar fuerza, resistencia, movilidad y metabolismo. “Las clases son dinámicas, con buena música, y se crea una energía de grupo que te impulsa. La gente se retroalimenta. Aquí nadie es un número”, asegura.
La filosofía del centro se aleja de la cultura del físico perfecto y se orienta al bienestar integral. Muchos de sus clientes han llegado con problemas físicos o emocionales, y han encontrado en el ejercicio un camino hacia el equilibrio. “A veces es más determinante lo emocional que lo físico. El entrenamiento debería recetarse en los hospitales”, defiende Juanpi.


Tres líneas, una comunidad
Actualmente, DB5 se estructura en tres líneas: el entrenamiento base del estudio, el programa para quienes quieren iniciarse en la actividad física (llamado “ZERO”) y una tercera vía dirigida a quienes desean competir y entrenar como atletas profesionales aunque no lo sean. Esta última línea ya prepara su próximo reto: llevar a unos 40 atletas a competir en el HX Madrid este noviembre.
Pero DB5 no es solo sudor y retos deportivos. Es comunidad. Es comer juntos tras una competición, organizar retiros en agroturismos, hacer talleres de respiración, yoga o bienestar materno. “Lo importante es que sucedan cosas. Que la marca se nutra también de lo que aporta la propia gente del estudio”, explica Juanpi, convencido de que el gimnasio debe ser un punto de encuentro para crear vínculos reales.


Una alternativa para quienes nunca han pisado un gimnasio
Cuando se le pregunta qué le diría a alguien que jamás ha pisado un gimnasio por sentirse fuera de lugar, Juanpi lo tiene claro: “Aquí hay cabida para todos. No importa tu estado físico. Si tienes la predisposición, el resultado llega”. Y añade: “Entrenar es como la vida. Dura, pero con recompensa. Hay que trabajarla… y disfrutarla”.
DB5 no es solo un gimnasio. Es un concepto de vida que conecta estética, salud y comunidad. Un lugar donde el hierro no pesa, sino que inspira.