Un estudio internacional con participación del IMEDEA advierte que el calentamiento de los océanos modificará la abundancia y distribución de especies comerciales, afectando a la pesca y a las economías costeras.
Palma. 15 de julio de 2025. Un estudio liderado por el Plymouth Marine Laboratory y con participación del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA, CSIC-UIB) dibuja un nuevo escenario para la pesca comercial en Europa a causa del cambio climático. La investigación, publicada en Global Change Biology, analiza el futuro de 18 especies clave —como el bacalao, la sardina o la llampuga— en siete regiones marinas, desde el Ártico hasta el Mediterráneo.
Según el estudio, en un escenario de altas emisiones, la biomasa de estas especies podría reducirse en más de un 40 % para el año 2100, lo que supondría un duro golpe para comunidades pesqueras y mercados locales.
Migraciones forzadas y desigualdad regional
Los efectos del calentamiento oceánico no serán uniformes. Algunas especies de aguas frías como el bacalao del mar del Norte o el arenque del mar de Barentsz podrían perder hasta el 80 % de su biomasa, mientras que especies de aguas cálidas, como la llampuga en el Mediterráneo, podrían prosperar si se aplican políticas de pesca adecuadas.
Además de la pérdida de abundancia, los investigadores alertan de cambios en la distribución geográfica de las especies, que migrarán siguiendo sus rangos de temperatura preferidos. Esto obligará a la flota pesquera a desplazarse más, incrementando costes, tiempos de trabajo y desafíos de adaptación.
“Estos desplazamientos pueden ser incluso más problemáticos que la caída de las capturas”, explica Sévrine F. Sailley, autora principal del estudio. “Obligan a cambiar zonas de pesca y a adaptarse a nuevas especies desconocidas”.
El Mediterráneo: retos y oportunidades
En el Mediterráneo occidental, algunas especies como la sardina o la anchoa podrían reducir su presencia, mientras que otras como la sardinela tropical podrían ocupar su nicho ecológico. Todo dependerá de cómo se gestione esta transición.
El estudio hace un llamamiento a la acción para repensar los marcos de gestión pesquera, aún anclados en datos históricos y límites estáticos, ya obsoletos en el actual contexto climático. Se subraya la necesidad de políticas dinámicas y cooperación entre países para gestionar especies que cruzan fronteras marítimas.
Proyecciones científicas para decisiones políticas
El investigador del IMEDEA Ignacio Catalán, coautor del trabajo, insiste en la utilidad de estas proyecciones regionales para diseñar estrategias adaptadas. “Las herramientas de predicción deben mejorar constantemente para guiar políticas eficaces y cumplir objetivos globales como los ODS de la ONU”, afirma.
Instituciones implicadas
Además del IMEDEA, han participado centros científicos de Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Grecia, Francia, Canadá y Reino Unido, entre otros.