La entidad ecologista denuncia que el trazado fragmenta el territorio, responde a intereses turísticos y carece de una planificación sostenible y participativa.
Palma, 1 de agosto de 2025. El Grup Balear d’Ornitologia i Defensa de la Naturalesa (GOB) ha expresado su preocupación ante el proyecto de prolongación de la línea ferroviaria entre Sa Pobla y Alcúdia, actualmente en exposición pública. Aunque la entidad defiende el tren y el transporte público como alternativa necesaria al vehículo privado, advierte que el diseño propuesto “no cumple los criterios mínimos de sostenibilidad, integración territorial ni planificación socialmente útil que exige el Plan Director Sectorial de Movilidad de las Islas Baleares (PDSMIB)”.
Desde el GOB recuerdan que ya en 2018 y 2019 impulsaron una campaña en defensa del tren hacia el norte de la isla, con los principios de que el trazado debía priorizar las necesidades de las personas residentes, respetar el paisaje y el patrimonio, incluir una verdadera participación ciudadana e integrarse en una red intermodal eficiente. “Vemos con preocupación que estos principios no se están respetando”, señalan.
Entre las principales críticas al proyecto destacan:
- La fragmentación del territorio rural, con afección a tierras agrícolas productivas y elementos patrimoniales como molinos, siquias y caminos antiguos.
- La perforación de los montes de Son Fe y Sant Martí sin una evaluación clara de sus valores ambientales ni justificación técnica suficiente.
- La ubicación de la estación final en una zona ligada a intereses turísticos, que no responde a las necesidades reales de movilidad de la población local.
- La ausencia de participación pública efectiva, lo que consideran una vulneración del marco legal de movilidad sostenible y de derechos ambientales.
El GOB subraya que este proyecto “no puede entenderse de manera aislada”, pues comparte problemas similares con otros planes ferroviarios en estudio, como el de Llucmajor-Campos, que también presentan altos impactos ambientales y una orientación que, según la entidad, no prioriza a la ciudadanía residente.
Por ello, el colectivo ecologista reclama una revisión profunda de los proyectos ferroviarios en curso, basada en el Plan Director de Movilidad, así como un proceso participativo real con los municipios afectados, el campesinado, las entidades locales y colectivos sociales. Asimismo, insisten en que cualquier nueva infraestructura debe respetar el territorio, el paisaje y la biodiversidad.
“Sin estos criterios, lo que hoy se presenta como un proyecto de movilidad sostenible puede convertirse en una operación de maquillaje verde que esconde la destrucción del territorio y la consolidación de un modelo turístico insostenible”, concluyen.