Científicos del CSIC y la misión TESS detectan un exoplaneta con atmósfera fría alrededor de una estrella con solo un 20% de la masa del Sol
Palma, 4 de junio de 2025. Un equipo internacional de astrónomos, con participación destacada del CSIC, ha descubierto un exoplaneta gigante y gaseoso orbitando una estrella extremadamente pequeña, un hallazgo que cuestiona los modelos actuales sobre cómo se forman los planetas. El planeta, bautizado como TOI-6894b, orbita una enana roja con apenas un 20% de la masa solar, lo que hace aún más sorprendente la existencia de un planeta de tales dimensiones a su alrededor.
El descubrimiento, publicado en Nature Astronomy, se ha logrado gracias al análisis de datos del satélite TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite) de la NASA y observaciones complementarias realizadas desde el Observatorio de Sierra Nevada, operado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). “Este hallazgo pone en jaque nuestras teorías. Según los modelos actuales, una estrella tan pequeña no debería tener suficiente material en su disco para formar un planeta gigante como este”, explica el astrofísico Francisco J. Pozuelos, del IAA-CSIC.
Una anomalía astronómica
TOI-6894b es un planeta gaseoso de baja densidad, con un radio superior al de Saturno pero con solo la mitad de su masa. Su estrella anfitriona es la menos masiva de todas las que se conocen con planetas gigantes en tránsito. La detección del tránsito, que bloquea el 17% de la luz de su estrella, ha sido fundamental para confirmar su naturaleza planetaria y descartar que se tratara de una estrella doble eclipsante.
Además de los datos de TESS, los científicos emplearon telescopios en tierra, incluido el del Observatorio de Sierra Nevada, para confirmar el hallazgo con observaciones en distintas bandas de luz.
Una atmósfera fría y prometedora
Otro aspecto inédito de TOI-6894b es su atmósfera inusualmente fría, con temperaturas de solo 420 kelvin (unos 140 ºC). Esta cifra contrasta con los típicos «Júpiteres calientes», que suelen superar los 1000 kelvin. Las características del planeta lo convierten en un laboratorio natural para el estudio de atmósferas ricas en metano, amoníaco y otros compuestos químicos poco habituales en exoplanetas conocidos.
“El bajo nivel de irradiación que recibe de su estrella permite estudiar procesos químicos raramente observables en otros mundos, como la presencia de metano y posiblemente amoníaco”, señala el profesor Amaury Triaud, de la Universidad de Birmingham.
Próximo objetivo del telescopio James Webb
Gracias a estas particularidades, TOI-6894b ha sido seleccionado para futuras observaciones con el telescopio espacial James Webb (JWST). Estas observaciones, previstas en los próximos meses, ayudarán a resolver interrogantes clave sobre su formación: si fue producto de un lento proceso de acumulación de gas y polvo o de un colapso rápido de material inestable.
El hallazgo de TOI-6894b no solo amplía el catálogo de exoplanetas, sino que plantea nuevos desafíos a las teorías de formación planetaria y abre la puerta a explorar atmósferas frías y complejas fuera del Sistema Solar.