El taekwondista mallorquín repasa su trayectoria, su filosofía de vida y su pasión por las artes marciales en una entrevista cargada de recuerdos, valores y proyectos de futuro.
Palma, 26 de abril de 2025. Con más de 40 años de dedicación al taekwondo y a las artes marciales, Pedro Campillo es un nombre imprescindible para entender la historia de este deporte en España. Primer español en ingresar en el Hall of Fame del Taekwondo, campeón del mundo en Haidong Gumdo y figura destacada tanto en la competición como en la formación de nuevas generaciones, su trayectoria es sinónimo de perseverancia, pasión y profundo respeto por los valores marciales.
En esta entrevista, Pedro Campillo nos abre las puertas de su memoria y de su presente, compartiendo las claves de su evolución como deportista y maestro, su visión sobre los cambios en el taekwondo actual y la ilusión que mantiene intacta después de cuatro décadas en el tatami.
Pedro, empezaste en el taekwondo con solo seis años en el club Kukkiwon de Palma. ¿Qué recuerdas de aquellos primeros entrenamientos y cómo descubriste que este sería tu camino de vida?
Empecé como bien dices, a los 6 años de edad en el gimnasio Kukkiwon que había al lado de la casa de mis padres en Palma. Lo cierto es que yo no sabía ni que era Taekwondo….influenciado por las películas de Bruce Lee, al igual que muchos otros niños de aquella época, yo quería practicar Kung-Fu, jejejeje …ni tan siquiera se hablaba del Jeet Kune Do creado por el propio Bruce Lee en aquel momento…pero bueno, de algún modo, y gracias a que un buen amigo de aquella época me animó, decidimos visitar el gimnasio….
Mi primer recuerdo me transporta directamente al tatami, casi a oscuras en la sala, pues aún no había empezado la primera clase y todavía no habían llegado los alumnos que ya entrenaban en el club. Lo que más recuerdo es el aroma, tanto de la sala, como del propio dobok o traje de Taekwondo, era especial, diferente a todo, estaba respirando por primera vez algo que me llegaba hasta muy adentro y hacía entremezclar sensaciones de ilusión, miedo, curiosidad, respeto…… sin duda algo único y diferente a todo.
A nivel técnico, recuerdo que al mes de práctica, mi maestro ya me cambio de cinturón, obtuve el blanco-amarillo sin hacer examen. A los pocos meses realizamos una multitudinaria exhibición en el polideportivo de Son Moix con grandes maestros coreanos llegados de diferentes lugares de la geografía española e incluso de Europa. Observar los ejercicios, la marcialidad, y como vivían y expresaban su arte aquellos maestros, fue impactante y un chute de motivación brutal para mi….yo quería llegar a ser como ellos!! Al cabo de poco tiempo, participamos por primera vez en competición, y todo ello, contribuía a que se estuviera forjando un deseo inmenso por seguir haciendo cosas en ese mundillo del Taekwondo. Al poco tiempo, ya tuve mi primer sueño y yo deseaba ser algún día Campeón de España.
En cuanto al recuerdo que tengo de aquellos entrenamientos, desde muy temprana edad y hasta casi los 18 años, es que eran tremendamente duros y exigentes. Yo realizaba varias clases de lunes a viernes, es decir 5 días a la semana y además los sábados realizábamos doble sesión de entrenamiento. La primera era de físico y lo hacíamos en la cuesta que sube junto al cementerio de Palma y que va a la entrada del polideportivo de San Fernando. El segundo era por la tarde, ya en el club y era técnico. Siempre trabajábamos la parte de técnica y Poomsae y posteriormente la parte más enfocada al combate y eso contribuía a que todos los alumnos de aquel momento tuviéramos una técnica y una base espectacular. Nuestro maestro era duro, muy duro y con un método muy a la antigua, es decir basado en la repetición durante largos períodos de tiempo..esto hoy en día ha cambiado muchísimo y existen sistemas de entrenamiento mucho más efectivos y eficaces que te hacen ahorrar tiempo y lesiones..jejejejeje
El recuerdo de la dureza de los entrenamiento es difícil de explicar con palabras, los desmayos eran a diario por parte de algún alumno que no aguantaba tanta intensidad. Como anécdota, siempre recordaré, al igual que mis compañeros de tatami, como durante la tarde llegaba el momento en que necesitábamos chupar nuestro propio dobok, para hidratarnos con nuestro propio sudor!!! parece inhumano, jejeje, pero nos hizo muy fuertes…… había mucho sacrificio y mucha constancia, por desgracia estos valores hoy en día, se están perdiendo.
Resumiendo, mi recuerdo es de pasión por encima de todo por el Taekwondo.

Tu palmarés es impresionante, pero entre todos tus logros, ¿qué significó para ti ser el primer español en ingresar en el Hall of Fame del Taekwondo y cómo viviste esa ceremonia en Las Vegas?
Bueno, a mi me concedieron el premio por ser el único español que poseía medallas mundiales en dos federaciones internacionales distintas de Taekwondo y eso fue en 2013. Yo venía de pasar una época a nivel personal difícil pues me había separado de mi mujer, tenía a dos peques muy peques y de algún modo, había tenido que abandonar la competición pues apenas tenía tiempo en mi vida para entrenar.
Pasar de ser un competidor muy activo, obteniendo buenos resultados y con cierto reconocimiento a dejarlo todo por falta de tiempo, fue difícil de aceptar y supuso en parte una frustración a nivel deportivo, pues yo sentía en aquel momento que todavía podía hacer mucho más…. El reconocimiento en el Hall of Fame, gracias al inspector para Europa, Rainer Truttmann (DEP), fue para mi como un final a una época dorada de mi vida y una manera de entender que todo lo que había hecho se reconocía de algún modo en esa distinción. Me aportó felicidad y orgullo y sobre todo, como digo, poder cerrar un ciclo que de algún modo, tuve que adelnatar casi sin quererlo que fue el de abandonar la competición.
Estuve en Las Vegas con mi amigo, Gustavo Díaz, alguien que siempre ha estado ahí.… competidor también de Taekwondo, medallista mundial, pero sobre todo, como digo, amigo y el viaje a Las Vegas, sirvió para desconectar en algunos aspectos de mi vida, reconectar en otros, y disfrutar de lo que había hecho hasta ese momento y aceptar que pasaba a otra etapa de mi vida.

Has sido campeón del mundo en una federación (GTF) y en la otra (WT), has sido subcampeón del mundo, 4 veces medalla de bronce mundial, 4 veces campeón de Europa, 1 vez subcampeón de Europa, 3 veces medalla de bronce europeo, 25 veces campeón de España y medallista internacional en 149 ocasiones. ¿Cuál ha sido el reto más difícil que has tenido que afrontar en tu carrera como competidor de Poomsae?
La verdad que reto difícil de afrontar no ha habido ninguno…siempre he disfrutado muchísimo de competir e incluso de entrenar, lo cual es a veces más importante que la propia competición…. Vivir cada día sintiéndote competidor, cuidándote y dedicándote muchas horas del día a ti mismo, es muy bonito….
Quizás, lo peor o más difícil, fue que a medida que iban pasando los años y seguía ganando la exigencia conmigo mismo y con los demás era mayor. Sobre todo a nivel nacional, parecía que Pedro Campillo no podía fallar y si pasaba, porque evidentemente también pasó, se derrumbaba algo. Esa presión era incómoda, a veces sentía que ya no competía para mi, sino que parecía que lo hacía para los demás y esa sensación nunca me gustó. Creo que cualquier atleta debe aprender a competir para él mismo, y dejar a parte las opiniones de los demás, sólo de esa manera conectas con tu esencia, contigo mismo y das tu mejor versión.

Como maestro y formador, has influido en nuevas generaciones, como Noa Campillo o José A. Rosillo. ¿Qué valores procuras transmitir a tus alumnos dentro y fuera del tatami?
… las artes marciales creo que pueden contribuir mucho en hacernos mejores personas. La práctica, no tiene sentido si no va acompañada de valores y esos valores van desde la propia humildad dentro de la competición, al respeto hacia los demás, al autocontrol en uno mismo, la disciplina por hacer las cosas bien, el compromiso que uno adquiere con las cosas que voluntariamente elige.
Ser constante, ser perseverante, no abandonar, seguir intentando aquello que uno desea…
Ser una gran atleta, ser un gran médico, ser un gran arquitecto, todo eso está muy bien, pero lo que de verdad os hace personas, es otra cosa……y ante todo, en esta vida hay que intentar ser buenas personas si queremos que nuestro mundo mejore.
Mis alumnos, independientemente de que sean o no competidores, aprenden artes marciales, bajo las pautas d euna escuela de valores, sin eso todo lo demás se pierde.
Y haciendo referencia a los deportistas que has nombrado, creo que son excelentes atletas, han obtenido excelentes resultados, pero con orgullo puedo decir que son excelentes personas y estoy convencido que ese camino que las ha enseñado las artes marciales, les acompañará toda su vida, difícilmente se desviarán de él…..
Además del taekwondo, has destacado en hapkido y haidong gumdo. ¿Qué te aporta cada una de estas disciplinas y cómo se complementan entre sí en tu trayectoria marcial?
Durante muchos años, fui muy purista y sentía que cualquier actividad que no fuese Taekwondo, me estaba influenciando negativamente, sin embargo poco a poco fui ampliando mi campo de visión y en el año 1992 me interesé por el Hapkido coreano. Sentía que el Taekwondo a nivel deportivo está muy bien, pero a nivel marcial y como defensa personal había perdido, precisamente por la influencia de la competición toda esa faceta, así que me harté de valor y probé. Descubrí cosas nuevas y no sólo eso, sino que sentí que me estaban ayudando y se complementaban a la perfección.
Observaba como por ejemplo los médicos, no paran de formarse aunque hayan terminado su carrera universitaria, ellos siguen estudiando, formándose, descubriendo nuevas técnicas y muchas veces, se nutren de todo para ejercer su profesión. Yo decidí seguir ampliando mis conocimientos marciales e incluso estudié en otros campos….. en 1994 me introduje en el arte del Aikido japonés, de la mano de un Sensei único, espectacular, un maestro de aquellos que te enseñan mucho más allá de la técnica, Diego Espinosa del Dojo CAM de Palma.
En 1997, empecé a estudiar quiromasaje y eso me llevó por diferentes motivos e influenciado por la práctica del aikido a estudiar e interesarme por el trabajo energético , y acabé participando en seminarios y formaciones de Chi Kung. En 2002 conocí al Gran Maestro Lee Dong Kyu y me maravilló el arte de la espada coreana, Haidong Gumdo, era arte, belleza, aquello era fluir como el agua, lo veía bonito de verdad y a los dos años me proclamé Campeón del Mundo de Haidong Gumdo en Korea….
El 2011 tuve la suerte y por aquellas casualidades de la vida, de conocer al Gran Maestro Ko Baek Yong de Hankido, y a través de él, de su hijo Se Hwan Ko y a Klaas Barends y de ellos descubrí un nuevo camino marcial en el que realmente podía aplicar los conceptos que con los años había ido adquiriendo sin ningún tipo de orden. Pude entender que la estrategia marcial o militar presente en el propio libro del Arte de la Guerra de Sun Tzu aparece en todo esto y que conceptos tan básicos como el espacio y el tiempo son fundamentales, dónde y cuándo actuar en todo lo que uno hace en la vida.
La energía debe canalizarse, porque el exceso o el déficit de ella merma nuestra facultades, pero no sólo dependemos de nuestra energía sino que también de la de los demás, y si vamos más allá, de todo lo que nos rodea……y al final, todo es un todo, como el propio último Poomsae del Taekwondo, Illyo……porque somos uno en todo. Todo de algún modo tiene conexión, se relaciona, llega a encajar y a complementarse, incluso, lo último por lo que me he interesado es el Kick Boxing!!! Te aseguro que años atrás, jamás hubiera dicho que me interesase un deporte de contacto, era muy purista como te decía y hoy en día, veo cosas, acciones y aspectos del Kick, que aportan mucho a mi concepción marcial.

Llevas más de cuatro décadas vinculado al taekwondo. ¿Cómo ha evolucionado este deporte desde tus inicios hasta hoy y qué retos enfrenta actualmente a nivel nacional e internacional?
Ha evolucionado muchísimo, la competición ha cogido, quiza, demasiada importancia y como te decía el Taekwondo ha perdido marcialidad, espiritualidad, lo que llamamos en las artes marciales, “Do”. La competición ha ganado en espectáculo, tanto en la modalidad de Poomsae como en la de combate. Mucho tiene que ver en intentar agradar al público y bueno, no lo veo mal, se ven muy atractivas las competiciones de Taekwondo actuales, quizá años atrás tenías que saber de ello para entenderlas, ahora son más intuitivas….incluso la competición de Poomsa e es actualmente a base de enfrentamientos, como si de un combate se tratara.
Los sistemas de entrenamiento han mejorado mucho. Se consiguen resultados más rápidamente y eso es gracias al estudio y dedicación de muchos profesionales y entrenadores.
Como reto, sería espectacular que el Poomsae entrara en el programa olímpico, aunque es difícil…..
Actualmente impartes cursos de técnica y poomsae por toda España. ¿Qué proyectos personales o profesionales te ilusionan más en esta etapa de tu carrera como maestro y referente del taekwondo?
….si te soy sincero, esto no es así…jejejeje, supongo que esta información está cogida de internet y debió ser publicada en los años en los que yo estaba arriba a nivel d competición. Cuando ganas es fácil que eso ocurra y todo el mundo te llama para que vayas a impartir cursos y formaciones, pero eso no es siempre así.
En el momento en que ya no estás arriba y por tanto ya no es referente, la gente se olvida rápido y no hablo sólo por mi y lo digo con mucho cariño hacia todos aquellos que en un momento u otro me llamaron para que estuviera con ellos. Seguro que en aquel momento lo pasamos en grande y nos lleno a cada uno de diferentes maneras, pero sí es cierto que pienso que aunque uno ya no esté en activo, compitiendo, puede ser un buen técnico y puede seguir ofreciendo cosas que dar al colectivo sea del ámbito que sea, evidentemente, siempre que se esté al día y actualizado.
En estos momentos, imparto muy pocos cursos fuera de mi club, pero la enseñanza directa con mis propios alumnos, con los que llevo el seguimiento y una línea de trabajo de años, es realmente la que más me motiva. Ver como va evolucionando una persona que quizá empieza a practicar contigo de muy pequeñito y se va convirtiendo en un hombre o una mujer y sigue disfrutando de lo que nos aportan las artes marciales, compita o no, no todo es competición…eso es lo que más llena a cualquier maestro.
Por otro lado, hay una parte más triste a la que todos los maestros hacemos referencia y es que es muy común y habitual que después de dedicarte en cuerpo y alma a un o una deportista en concreto, con mucha ilusión, esperanzas y objetivos, de repente por diferentes razones, cuando tú crees que van a empezar a florecer, lo dejan…..y eso es muy frustrante.
Hoy por hoy, sigo teniendo mucha ilusión en que mis alumnos sigan cosechando títulos y buenos resultados en competición, entre ellos mis hijos Marc y Noa y por otro lado, sigo disfrutando en enseñar y aportar a cada uno lo que ás le pueda ayudar deportivamente, marcialmente y porqué no, personalmente.
La ilusión por las artes marciales sigue viva y después de tanto tiempo, intuyo que seguirá siempre viva en mi, jejejejejeje.
Pedro Campillo representa a la perfección el espíritu que define a un verdadero artista marcial: pasión incombustible, entrega total y una vocación de enseñar que va más allá de la competición. Con sus vivencias, logros y filosofía de vida, ha dejado una huella imborrable en el taekwondo español y sigue formando a nuevas generaciones desde la esencia más pura de este arte. Su legado continúa vivo en cada alumno y en cada clase, porque como él mismo dice, la verdadera meta es «ser buenas personas» a través del camino marcial.