Un informe alerta de que más del 80 % de la navegación de buques mercantes en la zona supera los 10 nudos, nivel de riesgo mortal para especies en peligro como el rorcual común y el cachalote.
Madrid, 3 de octubre de 2025. El análisis comparativo del tráfico marítimo en el Mediterráneo noroccidental durante 2023 y 2024 revela que las recomendaciones internacionales para reducir la velocidad de los barcos no se están aplicando de manera efectiva. Según el estudio, encargado por OceanCare y elaborado por Quiet Oceans, más del 80 % de la distancia recorrida por las seis principales categorías de buques mercantes en la zona se realizó a velocidades superiores a 10 nudos, consideradas de alto riesgo letal para ballenas en caso de colisión.
Los ferris son la categoría más preocupante: en 2024 recorrieron más de 11 millones de kilómetros, de los cuales el 90,4 % a más de 10 nudos, el 72,4 % por encima de 15 nudos y casi el 30 % superando los 20 nudos. Estas cifras los convierten en una fuente crítica de ruido submarino y de peligro para cetáceos en peligro de extinción como el rorcual común y el cachalote.

Recomendaciones voluntarias insuficientes
En 2023, la Organización Marítima Internacional (OMI) designó el noroeste del Mediterráneo como Zona Marina Especialmente Sensible (ZMES) y recomendó reducir voluntariamente la velocidad de navegación a 10-13 nudos. Sin embargo, los datos muestran que las navieras no han incorporado estas directrices.
El Corredor de Migración de Cetáceos, situado en esta ZMES y declarado Área Marina Protegida (AMP) en 2018 y ZEPIM por Naciones Unidas en 2019, sigue estando expuesto a un grave riesgo de colisiones.
“Los datos son contundentes y demuestran que las recomendaciones voluntarias no son suficientes. Es urgente establecer límites obligatorios de velocidad para garantizar la supervivencia de especies amenazadas”, han señalado portavoces de las organizaciones ambientales en rueda de prensa celebrada en Madrid.
Efectos positivos de reducir la velocidad
Además de reducir drásticamente el riesgo de colisiones, la limitación de la velocidad tendría efectos inmediatos en la reducción del ruido submarino y en la disminución de emisiones contaminantes: CO₂, óxidos de azufre (SOx), óxidos de nitrógeno (NOx), partículas y carbono negro.
Exigencias al Gobierno
Las organizaciones —entre ellas Alnitak, Bluewave Alliance, ClientEarth, Ecologistas en Acción, Greenpeace, GOB Mallorca, Fundación Marilles, Mission Blue, Oceana, OceanCare, Save The Med y WWF— reclaman al Gobierno español:
- Un límite obligatorio de 10 nudos para todas las embarcaciones, incluidas las recreativas, dentro del Corredor de Migración de Cetáceos.
- Reducciones específicas según estudios científicos para ferris y buques mercantes en trayectorias fijas o dispositivos de separación de tráfico.
Actualmente, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) y el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible (MITMS) lideran la elaboración de un plan de gestión del AMP, previsto para junio de 2026, con varios años de retraso. La vicepresidenta Sara Aagesen ya confirmó en la Conferencia de la ONU sobre el Océano (UNOC3) su compromiso de aplicar medidas de reducción de velocidad.
Las ONG piden la reactivación urgente del grupo de trabajo entre Gobierno, sector marítimo y sociedad civil, cuya única reunión hasta la fecha tuvo lugar el pasado 26 de mayo.