La Guía para la prevención y el primer abordaje de la conducta suicida y el Protocolo de prevención y atención a la conducta autolítica refuerzan la atención a niños y adolescentes tutelados
Palma, 14 de octubre de 2025. El Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS), dependiente del Departament de Benestar Social del Consell de Mallorca, ha presentado dos nuevas herramientas destinadas a reforzar la prevención del suicidio infantil y juvenil entre los menores tutelados. Se trata de la Guía para la prevención y el primer abordaje de la conducta suicida y del Protocolo de prevención y atención a la conducta autolítica, dos documentos que proporcionan recursos prácticos y criterios de actuación a los equipos profesionales de los servicios de acogida residencial.
El acto de presentación ha estado presidido por el conseller de Benestar Social y presidente del IMAS, Guillermo Sánchez, acompañado por la directora insular de Centros y Atención Integral a la Infancia y la Adolescencia, Magdalena Ramis. Sánchez ha destacado que “la salud mental de la infancia y la adolescencia es una prioridad. Estas herramientas quieren apoyar a los profesionales que acompañan cada día a los niños y niñas más vulnerables, ofreciéndoles recursos concretos para detectar situaciones de riesgo y actuar de manera adecuada, con sensibilidad y rigor”.
Una estrategia coordinada en salud mental
Las dos publicaciones se enmarcan en el Plan de Atención en los Servicios de Acogida Residencial (PARMA) y en el Plan Insular de Infancia y Adolescencia de Mallorca, que contempla como objetivo la prevención del suicidio en la población infantil y adolescente.
A la presentación han asistido representantes de entidades del tercer sector social, del Colegio Oficial de Psicología de las Islas Baleares, de CORSAAPS, del IMAS y de la Dirección General de Salud Mental del Govern de les Illes Balears, reforzando la colaboración interinstitucional en materia de salud mental y atención a menores.

Durante su intervención, el conseller subrayó que la prevención del suicidio no es solo una cuestión clínica, sino una responsabilidad compartida: “Es fundamental hacer red con el sistema educativo, los servicios de salud mental, los equipos municipales y las entidades sociales para ofrecer respuestas coordinadas y humanas ante un problema complejo que todavía arrastra demasiados silencios”.
Desmontando mitos y formando equipos
La Guía para la prevención y el primer abordaje de la conducta suicida busca derribar mitos muy extendidos —como la creencia de que hablar del suicidio puede incitarlo— y los contrasta con la evidencia científica, que demuestra que hablar abiertamente ayuda a detectar el riesgo, romper el aislamiento y abrir vías de ayuda.
El documento explica cómo identificar señales de alerta, reconocer factores de riesgo y protección y actuar ante una sospecha, insistiendo en la necesidad de una actitud empática, respetuosa y no juzgadora.
Por su parte, el Protocolo de prevención y atención a la conducta autolítica define un procedimiento unificado de actuación en todos los centros residenciales ante cualquier indicio de riesgo suicida. Incluye indicadores de riesgo bajo, medio y alto, así como acciones adaptadas a cada nivel y pautas para el primer abordaje emocional y la coordinación con servicios especializados.
Cuidar a los menores y también a los profesionales
“Detrás de cada guía y cada protocolo hay una voluntad clara: cuidar mejor”, concluyó Sánchez. “Cuidar a los niños, niñas y adolescentes, pero también a los profesionales que trabajan en primera línea y que necesitan recursos para afrontar situaciones emocionalmente muy duras”.
Estas nuevas herramientas se suman a la estrategia integral del IMAS para reforzar la formación y el apoyo de los equipos de acogida residencial, que hace unas semanas incorporó también la Guía sobre las funciones de los psicólogos y psicólogas en los servicios de acogida, dentro de la misma línea de trabajo para mejorar la atención integral a la infancia tutelada.