Tras cuatro años de moratoria, la caza de la tórtola salvaje se autoriza en Mallorca con un cupo máximo de 1.794 ejemplares en toda la isla y un límite de cuatro días hábiles.
Palma, 19 de agosto de 2025. El Consell de Mallorca abrirá este jueves 21 de agosto el periodo de media veda, que este año incorpora una novedad destacada: la posibilidad de cazar la tórtola salvaje (Streptopelia turtur) tras cuatro años de moratoria. La autorización se limita a cuatro jornadas concretas —24, 28 y 31 de agosto, y 4 de septiembre— con un máximo de cuatro piezas por cazador y día. La Comisión Europea ha fijado por primera vez un cupo global de 1.794 tórtolas para toda la isla.
Control telemático de capturas
El sistema de control será estricto: los cazadores deberán comunicar cada captura en un plazo máximo de 15 minutos a través de una aplicación web habilitada por el Consell. La veda quedará cerrada automáticamente en el momento en que se registre la última tórtola dentro del cupo establecido.
El vicepresidente segundo y conseller de Medio Ambiente, Medio Rural y Deportes, Pedro Bestard, ha expresado su desacuerdo con las condiciones marcadas por Europa: “Consideramos que son excesivamente restrictivas, aunque nos vemos obligados a acatarlas. Continuaremos trabajando para conseguir una regulación más ajustada a nuestra realidad y basada en censos científicos contrastados”.
Especies y limitaciones
Desde el 21 de agosto también estará permitida la caza de codorniz, paloma torcaz y conejo. En el caso de la liebre, solo podrá cazarse con perros galgos o cetrería, con un límite de dos ejemplares por cazador y día, aunque se autoriza la caza con escopeta en dos jornadas puntuales (17 y 24 de agosto), con un máximo de una liebre por persona. La paloma salvaje (Columba livia) podrá capturarse a partir del 1 de septiembre.
Emergencia cinegética
El inicio de la media veda coincide con la declaración de emergencia cinegética temporal para el control de palomas y palomas torcaces, vigente del 3 al 31 de agosto en toda la isla. Esta medida, adoptada por segundo año consecutivo, busca mitigar los daños que estas especies ocasionan en la agricultura, la ganadería y los núcleos urbanos de Mallorca.