Tras los muros del Monasterio de la Real de Palma se encuentra uno de los fondos bibliográficos de mayor peso histórico de Mallorca. Gracias a la salvaguarda e iniciativa de la Congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones, moradores del Monasterio por orden del obispo Pere Joan Campins, una de las salas está dedicada desde 1930 a la recopilación, mantenimiento y guardia de incunables como el Consolat de Mar o la Constitución del Monasterio de Santa Magalena, entre otras obras de ciencias, leyes, teología, filosofía y una amplia edición de unos quince mil títulos de literatura hecha en Baleares. En total más de cuarenta mil volúmenes para el disfrute de investigadores, ya que esta biblioteca no es para estudiar, sino de consulta y orgullo.
La historia de la Biblioteca Balear se inicia con la salida a la luz del testamente de Ramón Llull, quien de hecho vivió varias veces en este Monasterio (pero esta historia la contaremos en un próximo reportaje). Este documento está en posesión de un aristócrata de Vilasar de Mar (Barcelona) que lo mostró al público con motivo del séptimo centenario de la muerte del Iluminado en una exposición celebrada en Lérida. Allí se describe como Ramón lega al Monasterio de la Real un cofre de libros, lo que se traduce en que el monasterio se convierta en centro cultural de gran importancia a partir del siglo XIV.
Desde el año 1930 el estado de dispersión del legado bibliográfico luliano impulsó a los jóvenes misioneros de aquellos años a recuperar la figura de Ramón Llull. Según el Superior General de la Congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones, Josep Amengual i Batle, esta labor estaba sustentada, más por un gran entusiasmo, que por disponer de medios económicos.
El padre Josep nos describe planta por planta la disposición de las colecciones que forman la Biblioteca Balear. La planta baja está dedicada «al tema balear de una manera directa o indirecta. Cualquier libro escrito por un autor/a sobre las Baleares, aunque sea de química, de historia o literatura está aquí. También tenemos una zona de préstamos de ediciones exclusivas del Quijote. Entre las piezas principales de esta planta se encuentra el Consolat de Mar. El volumen que tenemos en el monasterio es el más antiguo de España. Esta obra la adquirió el Padre Gaspar Munar en los años 40. el Consolat de Mar es la base de la legislación marítima internacional de la línea mediterránea«.
La segunda planta es una aportación en su totalidad de la familia Moragues Morlà que donó esta valiosa colección alrededor del año 1973, siendo precursor de la misma el Ilustrísimo D. Pedro Felipe Monlau Roca, médico, filósofo y político. Una familia ilustrada formada por farmacéuticos, médicos e ingenieros. Es una colección «de temas científicos, si bien hay secciones de Derecho y otros«. La última planta está dedicada a temas de Teología, Filosofía…
El Padre Josep reconoce que quiere que este espacio sea utilizado, que no se pierda en la memoria colectiva. «Los Misioneros de los Sagrados Corazones si tenemos esta Biblioteca es porque la hemos recibido de nuestros antepasados, pero si la guardamos y la intentamos guardar bien, no es para nosotros. La Biblioteca es para el pueblo«. El padre Josep pone de en valor el servicio social de este espacio, «evidentemente quine lo tiene que propiciar tiene que ser quine cobra impuestos«.
