El templo neogótico que comenzó a construirse en 1910 bajo el mecenazgo de Antoni Maura se mantiene como un emblema del pueblo, hoy rehabilitado para usos socioculturales.
Biniamar, 8 de febrero de 2025. La Església Nova de Biniamar, un templo inacabado que desde hace más de un siglo preside silenciosa el corazón de este pequeño pueblo de Selva, continúa siendo un símbolo de lo que pudo haber sido y no fue. Concebida en 1910 como un ambicioso proyecto neogótico, la iglesia nació con la vocación de convertirse en el epicentro espiritual y social de Biniamar, pero las obras se detuvieron prematuramente debido a la falta de financiación tras la caída en desgracia política de su principal valedor, Antoni Maura.
El arquitecto Guillem Reynés diseñó un templo de una sola nave, con ábside plano y cuatro capillas laterales, inspirándose en el estilo neogótico y regionalista de la época. El proyecto inicial se sostuvo gracias a una aportación de 100.000 pesetas conseguidas por Maura, quien, por sus vínculos familiares y personales con Biniamar, quiso dejar un legado duradero. Sin embargo, la retirada de Maura de la presidencia del gobierno supuso el fin de los fondos, y con ellos, el sueño de la iglesia terminó quedándose sin techo.



Rehabilitación y nuevos usos
A pesar de su inacabado aspecto, la Església Nova nunca quedó en el olvido. Recientemente, el Ajuntament de Selva ha invertido alrededor de 35.000 euros en su rehabilitación, con intervenciones centradas en la reconstrucción de un muro de contención de mampostería en el ábside, la reparación de grietas estructurales y la creación de un nuevo acceso adaptado para personas con movilidad reducida. Además, está prevista una segunda fase para mejorar los espacios exteriores ajardinados.
Aunque la propiedad del templo sigue siendo eclesiástica, el Bisbat de Mallorca ha cedido su uso al Ayuntamiento, que lo ha convertido en un espacio para actividades socioculturales, deportivas y como sede de la asociación de vecinos de Biniamar. En la actualidad, la Església Nova es escenario de eventos, ferias y celebraciones populares, manteniendo su papel como centro de la vida social del pueblo.




Un legado entre la historia y la leyenda
Con apenas 300 habitantes, Biniamar atesora la historia de su «catedral sin techo» con orgullo. Las leyendas locales apuntan a que el interés de Maura por Biniamar no solo se debía a la presencia de familiares, sino también a vínculos más afectivos, como la posible relación de su nodriza con el pueblo. Sea como fuere, la iglesia inacabada se ha convertido en un foco de curiosos y excursionistas, un hito arquitectónico que despierta la imaginación y el interés de quienes la visitan.
La Església Nova de Biniamar no es solo un recordatorio del pasado, sino un espacio vivo que sigue evolucionando con el tiempo. Su estructura sin techo, lejos de ser una limitación, se ha transformado en un símbolo de resiliencia y en un escenario abierto al cielo, donde la historia y la comunidad se encuentran para seguir escribiendo nuevas páginas.