Vecinos denuncian el inicio anticipado de las obras, el polvo en suspensión y el volumen de la megafonía del centro educativo.
Palma, 17 de junio de 2025. Las obras de reforma que se están llevando a cabo en el Instituto de Educación Secundaria de Ses Estacions están generando un creciente malestar entre los vecinos de la zona, que denuncian una serie de molestias continuadas que afectan a su descanso y calidad de vida.
Una de las principales quejas vecinales es el inicio de la actividad diaria sobre las 7:00 de la mañana, a pesar de que la ordenanza municipal establece (según hemos consultado a la Policía Local de Palma) como horario permitido a partir de las 9:00 y hasta las 20:00, sábados inclusive. Este adelanto se repite incluso los sábados, dificultando el descanso de muchos residentes, entre ellos trabajadores del sector turístico que finalizan sus turnos de madrugada. “Es como si no tuviéramos derecho a dormir. Es un estruendo constante”, señalan algunos afectados.
Además del ruido intenso y constante, los vecinos denuncian la presencia de polvo en suspensión que cubre balcones, ventanas y coches, lo que comparan con “una nube de ceniza”. La falta de información sobre los niveles de decibelios generados por la maquinaria también es motivo de preocupación, ante la sensación de que los límites legales se superan con frecuencia.

Pero las obras no son el único foco de conflicto. Durante el último curso, el instituto ha comenzado a emitir música por los altavoces exteriores en torno a las 8:00 horas con un volumen que muchos consideran “altísimo y sin sentido”. Esta práctica, destinada a ambientar la entrada del alumnado, ha sido calificada por los residentes como una “invasión sonora innecesaria”.
La situación ha generado un clima de tensión en el vecindario. “Este barrio está al borde del colapso”, afirman varios vecinos, algunos de los cuales ya han acudido personalmente a la obra para expresar su descontento. Desde la comunidad vecinal se espera una actuación inmediata por parte del Ayuntamiento para mediar con la empresa responsable y el centro educativo, y así recuperar un mínimo de convivencia.