El CSIC y el Barcelona Supercomputing Center desarrollan la técnica GenRewire, capaz de rediseñar proteínas nativas para dotar a bacterias como la Escherichia coli de nuevas funciones sin introducir genes exógenos.
Palma, 20 de agosto de 2025. Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) ha logrado un avance pionero en biotecnología: reprogramar bacterias para que degraden plásticos sin necesidad de añadir ADN externo.
La nueva técnica, bautizada como GenRewire, consiste en rediseñar computacionalmente proteínas nativas para conferirles nuevas capacidades sin alterar el equilibrio genético de la célula. El estudio, publicado en Trends in Biotechnology, marca un cambio de paradigma frente a los métodos clásicos de ingeniería genética, basados en la introducción de genes foráneos mediante plásmidos u otros vectores.
De la joyería al plástico: el caso de Escherichia coli
Para validar la tecnología, los investigadores aplicaron GenRewire a la bacteria Escherichia coli, que nunca había mostrado capacidad de degradar plásticos. Tras la reprogramación de dos de sus proteínas, la bacteria fue capaz de descomponer nanoplásticos de PET (Polietileno Tereftalato), material presente en envases y textiles y considerado uno de los contaminantes más persistentes y dañinos para el medio ambiente y la salud.
El proceso combina inteligencia artificial, simulación por supercomputación y edición genética precisa. Gracias a los algoritmos desarrollados en el MareNostrum 5, la reprogramación virtual de las proteínas puede lograrse en apenas tres o cuatro semanas. “Nuestro enfoque permite rediseñar bacterias desde dentro, sin alterar su naturaleza con elementos externos”, destacan las investigadoras del CSIC Paula Vidal y Laura Fernández.
Un futuro sin genes ajenos
El método no solo evita problemas de inestabilidad en los sistemas bacterianos, sino que también podría tener aplicaciones en otros organismos, incluidos cultivos o incluso células humanas. Esto reduciría riesgos de rechazo inmunológico y podría superar barreras legales y éticas derivadas del uso de ADN exógeno.
Los coordinadores del estudio, Manuel Ferrer (CSIC) y Víctor Guallar (BSC), sostienen que GenRewire se perfila como una herramienta clave para complementar la ingeniería metabólica clásica y abrir una nueva etapa en la lucha contra la contaminación plástica y en el desarrollo de biotecnologías sostenibles.