La Bahía de Pollença vibró con 40 embarcaciones en liza en la edición más concurrida de los últimos años. El Silver Fox, de Pere Antoni Nadal, se proclamó vencedor absoluto de la división ORC.
Pollença, 24 de agosto de 2025. El Trofeo Cormorán, organizado por el Reial Club Nàutic del Port de Pollença, clausuró este domingo su edición más multitudinaria con la participación récord de 40 embarcaciones. La última jornada se disputó con un recorrido costero de 16 millas entre Pollença, Aubarca y Formentor, favorecido por un viento nordeste estable de entre 12 y 14 nudos que ofreció un cierre espectacular.
El trazado incluyó una meta volante en Aubarca que aportó emoción adicional antes de que la flota arrumbara hacia la Illa de Formentor y encarara la línea de llegada. La regata sirvió para definir los vencedores de cada categoría en una jornada marcada por la igualdad y la intensidad competitiva.
En la división Época Cangreja, el triunfo fue para el Endrik, de Jean Degaudenzi, seguido del histórico Tuiga (1909), del Yacht Club de Mónaco, y del Archangelo, de Ana Martínez Vara de Rey. En Época Bermudiana, el Argyll, de Griff Rhys Jones, se impuso al Vidi, de Pablo Riera, y al Rubicón, de Simon Tim. En la categoría Clásicos, la victoria correspondió al Clarionet, de Andrew Harvey, por delante del Rosina di Mare, de Amador Magraner, y del Livia, de la Fundación Vela Clásica de España.
La división ORC, con la mayor participación, volvió a ser la más disputada. Los vencedores fueron el Chispa, de Philipe Von Stauffenberg (ORC 1), el Silver Fox, de Pere Antoni Nadal (ORC 2), el Bachibuzuk, de Pere Antoni Borrás (ORC 3), y el Kresal, de Andreu Cirerol (ORC 4). Entre ellos, el Silver Fox revalidó su título alzándose también como vencedor absoluto de la división ORC, confirmando su dominio en estas aguas.
En la clase Flying Fifteen, con recorridos barlovento/sotavento, la pareja formada por Víctor Pérez y Marc Branagh se llevó la victoria.
El vicepresidente del RCN Port de Pollença, Pere Antoni Nadal, destacó la “gran calidad de la competición y la presencia de joyas históricas como el Tuiga, que por primera vez compitió en aguas de Pollença”. Nadal subrayó que las magníficas condiciones meteorológicas permitieron vivir “un cierre brillante para una regata que combina historia, tradición y modernidad en una misma cita”.